DEJA, YO INVITO



Mientras escribo aquí, estoy recibiendo mails sobre lo publicado en el principal del blog, "ME VOY DE VEZ EN CUANDO...". Algunos colegas me dicen que se ven reflejados en ese escrito,   y que a veces se hace necesario un tiempo a solas con Dios.

Entonces mis estimados colegas músicos -incluyo aquí a los que cantan ya que la voz es nuestro instrumento básico- hoy quiero extenderles una invitación.

Muchas veces hemos tocado y cantado llevando a gentes a abrir la boca y expresar sentimientos a Dios.
Muchas veces creo que hemos sido de ayuda y bendición a gentes con nuestra música.

Pero esta invitación es diferente. Hoy mis queridos colegas, están invitados junto conmigo a dejar la música.

Sí. No son "malditas drogas"; estoy en mis cinco o seis? sentidos -ja- y les invito a dejar la música de lado.

Entiendo que nuestra relación con Dios debe ser absolutamente personal. Entiendo que lo que cantamos en la congregación es sólo una parte de nuestra vida.

Nuestra relación con Dios no se basa en la música lenta, lo que mal llamamos "adoración". Mi relación íntima con Dios no es un canto espontáneo. Es mucho más que eso.
Y muchas veces Él tiene mucho qué decirnos y no le hemos escuchado porque queremos tocarle, queremos cantarle, como si todo pudiera ser una playlist sin pausas o un Cd sin espacio entre pistas.

Es como si cantáramos "te necesito, quiero estar contigo, te necesito, te necesito, te amo, te quiero..." y Él intentara decirnos "Pero si estoy aquí y muero de ganas de decirte..." y nosotros nuevamente: "te necesito, te necesito, te quiero, te amo, bla bla bla..." o un acorde, O ALGO. Y ya estamos pensando en qué melodía tocar a continuación.
A ver qué puedo decir, qué puedo tocar, qué puedo cantar.

Muchas veces llenamos espacios por no saber qué más hacer. Y algunas veces lo hacemos para "taparnos los oídos" porque la estamos regando y no queremos escuchar a Dios, entonces uno prefiere no hacer silencio por culpa o vergüenza.

Pero hoy mis queridos, les invito a dejar la música de lado. En resumen a hacer silencio, Un poco de silencio por favor.

A quitar las manos del instrumento, a descansar la voz y no cantar. A hacer silencio. A que dejemos que Dios hable.

Tal vez tenemos los oídos asordinados por la música y cuesta estar en silencio. Pero es necesario.
Es necesario porque es necesario ese feedback, el ida y vuelta, la comunicación con Dios. Dejarle hablar. Dejarle actuar.
Por último, en el libro de Cantares leo lo que se dicen dos personas que se aman y lo aplicamos a Cristo y la iglesia -nosotros-. En Cantares leo un diálogo, no un monólogo. A veces hacemos de nuestra relación personal con Dios un monólogo... y creo que nos hemos perdido momentos valiosos por no dejarle hablar.

Espero alguien acepte mi invitación.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

yo acepto la invitacion lila

Anónimo dijo...

YO ACEPTO PRO!!!!!!!

Anónimo dijo...

Lubi Lu, Chimy, Gloria, Mariano y Claudio y Javier aceptamos la invitacion Lila.Te mandamos un beso grande Dios te bendice!!!!!!!!yTE SIGA USANDO

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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